domingo, 2 de agosto de 2015

UN DÍA DE CAMPO



UN DÍA DE CAMPO 

Por esos campos de verde esperanza 
hoy ando descalza, con la cinta de la felicidad 
recogiendo mis cabellos en una trenza, de color rojo intenso, tan fogosos, que se divisan desde lejos, por las llamaradas color fuego.

Las mariposas abren la alfombra del camino de la vida, revoloteando entre las flores del campo 
e incluso a mi alrededor, danzando alegremente entre las flores de estos campos de relajación, tan beneficiosa para el alma humana, para el cuerpo y para la mente.

Margaritas amarillas de esencias doradas 
se dejan meced por la brisa matinal...forjando una estela de alegre palpitar en el templo de mi alma, que respira la ternura de sus esencias luminosas, tumbada entre la verde hierba.

Y emocionada por la belleza que me regala la naturaleza, grabo en mi memoria ese instante, para no olvidar, el bello cuadro que ante mis ojos diviso...que me regala  este día tan especial en mi vida. 

Día sereno, sin más pretensión que disfrutar de la sencillez de un día de campo, de respirar la energía de estos valles de pureza. 

El color lavanda viste la arboleda con festivos vestidos, algo alborotados con rizos despampanantes, y esa bata de cola andaluza
que se desliza por la alfombra del campo  ondeando a su merced.

Elevo la mirada y diviso en la cornisa del horizonte, un cielo azul celeste con algún algodón blanco ondeando, como banderas al viento del cambio, instalando en mi alma una estela de felicidad y de inagotable esperanza
que alimentan mi confianza en los tiempos venideros.


© Coral Ruiz 2015

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