EL AROMA DE LA VIDA
Quiso
ver los almendros en flor una mañana soleada, de esas mañanas que te invitan a salir a pasear y, se
levantó temprano, justo, cuando el día empezaba a clarear. Deseaba
andar por la sierra un rato, oler la verde hierba del campo, descubrir
el aroma de la vida por esos caminos por recorrer, respirar profundamente con los ojos cerrados y, beberse el aire de la serenidad a litros, por esos valles que la vieron nacer.
Deseaba aprender, descubrir, experimentar, vivir...ver
el arco iris de la promesa asomar a su vida, trayendo consigo alegría, la
serenidad reclamada y el viento del cambio.
Dicen e incluso, hay quien asegura, que el mundo es tan pequeño como un pañuelo, pero ella pudo ver con sus propios ojos, que es al contrario, inmenso, majestuoso y bello, plantado de selvas virgenes, con sus calmados lagos, y siseantes ríos, tan extensos y largos que no alcanza la vista ver el final.
Con sus cielos azules con nubes y sin nubes, y sus océanos de aguas marinas de tonalidades esmeraldas o azul en sus diversas gamas de azules. En conclusión, deseaba ver la naturaleza en todo su esplendor.
Con sus cielos azules con nubes y sin nubes, y sus océanos de aguas marinas de tonalidades esmeraldas o azul en sus diversas gamas de azules. En conclusión, deseaba ver la naturaleza en todo su esplendor.
Y en
la espesura del tiempo, pudo comprobar que si sigues por el camino correcto, a pesar de los obstáculos del camino...a
pesar de cometer errores, de tropezar, de caer, de estamparte contra el suelo y levantarse, después regresan las golondrinas de la alegría vestidas de
sabiduría, que enriquecen la mente humana, el espíritu y el alma.
Quiso
volar por los cielos del mundo como un ave en plena libertad, conocer lugares remotos, andando por los caminos más dificultosos y, como
mensajera del amor, del bien y del buen sentimiento, deseaba paliar el hambre y
el dolor del ser humano...y puso todo su empeño en ello.
No
le importó la soledad que abriga a todo ser humano que piensa más en los demás
que en sí misma, cuando está sola, entregando su vida y su tiempo. Deseaba ser útil a la humanidad y, echó a andar por las sendas del mundo, con su mochila de buenos deseos, su amor incondicional y sus buenas acciones con el más necesitado.
© Coral Ruiz 2015
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