EL SANTO GRIAL
La niebla vestía a la ciudad con tonos gris blanquecino, y la contaminación, que es exagerada en esos lares donde anidan las fábricas, envolvía el ambiente a aquellas horas en que dormitan los seres humanos. Los tenebrosos ríos de gas, se paseaban a su antojo por las calles de aquella gran metrópolis.
El día estaba despertando tranquilo, sereno. La paz inundaba el ambiente con la tranquilidad de una melodía de piano que se escuchaba desde una ventana. En ese instante, unos ojos de niño travieso, observaban desde lo alto de un rascacielos. Era Cupido, el Ángel del Amor, que había sido enviado por Dios para ayudar a la humanidad.
La humanidad necesitaba cambiar el chip de su mente. Era urgente y necesario ponerse a trabajar en ese objetivo. Instalar el amor perdido en el corazón humano, por cierto, es un trabajo costoso, pero no imposible.
Conseguir que el hombre deje de ser egoísta en este mundo tan materialista, siendo como son algunos seres humanos, ambiciosos, sedientos de poder, para los que su dios, es el dinero, manipuladores, vestidos por la envidia, amantes de los placeres caros, llevaría tiempo...sí...mucho tiempo.
Es necesario intentar hacerle entender a la gente, "Que el amor altruista por el prójimo, es la Meta". El anhelado y tan buscado Santo Grial que los caballeros de antaño salieron a buscar toda su vida sin encontrarlo...se olvidaron buscar dentro de sí mismos.
Me preguntaba, qué pasaría por la imaginación de aquel personaje infantil mientras contemplaba la ciudad, con el difícil panorama que se había presentado para cumplir su tarea cotidiana, en aquel planeta donde Dios le había encomendado su misión con la humanidad.
Conociéndolo, como lo conozco desde antes de nacer, no tengo dudas al respecto, lo conseguirá totalmente. Su mente es ágil, algo traviesa, sí, por ser un niño...pero centrada, su corazón bondadoso y su alma inmaculada. Cupido es Sabio cuando lanza sus flechas al corazón de un ser humano.
© Coral Ruiz 2016