martes, 5 de mayo de 2015

AQUEL OTOÑO




AQUEL OTOÑO

Diferente fue aquel otoño de hojas desprendidas sobre el pavimento de mi corazón. El entorno era ideal para hilvanar recuerdos viejos de antaño y dejarlos atados, bien atados, en un cajón de mi historia del ayer, por si alguna vez necesitaba echar mano a esos pasajes ya vividos, para aprender o tomar una decisión importante...solo para ese menester.

Más en este presente del hoy, mi prioridad principal, es liberarme de los recuerdos ya olvidados, no deseo llevar acuestas ese lastre tan pesado, porque no me gustaría quedar atrapada en las habitaciones del pasado.

Es bueno echar mano de vez en cuando del libro de nuestra historia, e incluso, leer algunas páginas de recuerdos, y más, si son bonitos...pero mi mente, que es razonable, y la sabiduría que Dios me ha regalado, me aconsejan, que lo dejé olvidado del todo por un largo espacio tiempo. 

Hay que hacer espacio en el armario de la mente, a los nuevos vestidos de experiencia que me trae el sol del amanecer, en estos tiempos nuevos de cambios importantes, de caminos por andar en esta nueva etapa de descubrimientos personales.

 Una travesía desconocida, que iré descubriendo paso a paso, lentamente, sin prisa alguna por alcanzar la meta, porque todo fluye como debe de fluir...a paso lento.
   
La prisa no es aconsejable, nos viste de inquietud y nos lleva de la mano de la necedad, a cometer errores de los que después hay que arrepentirse...mejor pensar bien antes de actuar...por ese motivo, voy andando lentamente, pisando firmemente los caminos o senderos por andar, en este valle terrenal de experiencias evolutivas.

© Coral Ruiz 2015

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