VESTIDA DE ILUSIONES
Por esos caminos de brisa
cálida, a solas ando vestida de ilusiones, sin vientos de nostalgia
que empañen los cristales de mis ojos claros, sin látigos de pensamientos
negativos que azoten mi alma, en este instante de andar en plena libertad,
aprendiendo a solas, sin un lazo que me impida tomar mis propias decisiones.
Sé que caeré de vez en cuando,
sé que tropezaré a menudo porque soy un ser imperfecto, también soy consciente
de que erraré en mi andar por los caminos, infinidad de veces, pero con la
Fuerza de la Fe en Dios, con su Amor y con Valor, me levantaré la
misma cantidad de veces.
Errar para entender cuál
es la diferencia entre el bien y el mal, es el único modo de saber que nos
hemos equivocado. Mediante la experiencia y el conocimiento de causa, se llega a
entender, se aprende y evoluciona en todos los sentidos, como mujer,
como persona y como espíritu en estado de evolución...se madura y se crece personalmente...se
adquiere sabiduría.
Aunque mi objetivo es equivocarme lo menos posible, porque es señal de que he aprendido mucho por el camino, en las travesías anteriores, para este nuevo viaje de rumbos desconocidos, donde el peligro está al acecho en cada esquina.
Aunque mi objetivo es equivocarme lo menos posible, porque es señal de que he aprendido mucho por el camino, en las travesías anteriores, para este nuevo viaje de rumbos desconocidos, donde el peligro está al acecho en cada esquina.
Lo importante es sembrar el
bien en los campos de la tierra que voy visitando. Deseo dejar una estela
de esperanza en los pastos recorridos, llevando por bandera, el
estandarte del amor altruista, sin más pretensión que ayudar al prójimo, porque
no soy yo la protagonista, sino las personas necesitadas, que antes de nacer,
eligen vivir una experiencia difícil, donde la ayuda de otra persona es
fundamental para su supervivencia.
Si...ellos son los protagonistas de mi historia...de muchas historias, porque hay gente maravillosa en este mundo, que entrega su vida o su tiempo libre para ayudar al prójimo.
Escrito por Coral Ruiz
Derechos Reservados
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