EL ALBOR DEL TRIUNFO
Dispersos
los laberintos de una
mirada,
el amanecer de un corazón herido,
fue fulminante,
resplandeciendo su mirada
en el albor del triunfo.
Las alondras alegres cantaban
subidas en las ramas de un árbol
en las avenidas de su alma.
Los jilgueros volaron en bandada
por los cielos sin nubes
en formación triunfal de la luz celestial,
dando gracias a Dios
por su infinita bondad.
© Coral Ruiz 2015
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