miércoles, 21 de octubre de 2015

COMO UN HÁLITO LEJANO




COMO UN HÁLITO LEJANO

En el transito de un suspiro, 
ella escuchaba la voz de él, 
como en un hálito lejano...

Y extendía sus blancas alas, 
como plumas de infinita alegría 
hacia el amanecer recién nacido. 

Y como un ave del paraíso, 
alzaba el vuelo del recuerdo, 
en travesías de esperanzadora calma 
ataviada de ilusiones.

Y allí...
en la inmensidad del sentimiento 
que la viste desde su nacimiento 
se dejó abrazar por él. 

Sí...
en aquel lugar sereno 
de la realidad demostrada 
donde se cumplen los sueños, 
se realizan los proyectos 
y no se escurren las lágrimas 
por las laderas del desencuentro.

©Coral Ruiz 2015

domingo, 11 de octubre de 2015

CON LA LLEGADA DE LA BRISA



CON LA LLEGADA DE LA BRISA


Y es que la mañana tímida 
se torna refrescante
con la llegada de la brisa...

Y del rocío  madrugador, 
que orla los pétalos de tus labios, 
con almíbar de felicidad...

Con fresas de entendimiento 
y natillas de amor.

© Coral Ruiz 2015

TENGO SED DE TI



TENGO SED DE TI

Tengo sed de ti...
sed de tus besos... 
de tus labios 
sedientos de mi boca

A pesar de todo...
A pesar del tiempo transcurrido, 
tengo sed...mucha sed de ti.

Tengo sed de ti...
mucha sed.

Sed de amarte...
sed de besarte...
sed de perderme 
en tu mirada.

Tengo sed 
de degustar el elixir 
de un beso tuyo...
aunque sea en mis sueños.

© Coral Ruiz 2015

SERENIDAD




SERENIDAD

A ti que nombran por doquier
aquellos trovadores nómadas
buscadores de la verdad...
los seres angustiados...
las personas desconcertadas
en las turbulencias de la soledad.

Sí...a ti bella dama
reclamada en estos tiempos 
de inquietud.

A ti, silente mujer
cuyo nombre es Serenidad,
vestida de nostalgia,
de sueños, de ilusiones y de proyectos
hoy te escribo este poema.


©Coral Ruiz 2015

sábado, 3 de octubre de 2015

EL AGUA DE LA VIDA


EL AGUA DE LA VIDA


Cuenta la leyenda de la historia de la humanidad, que los hombres de la antigüedad conocían su procedencia celestial, que se alimentaban del maná del clan familiar, que saciaban su sed de conocimiento con el agua de la vida, en cada nacimiento de un niño que aún nadaba entre los dos mundos.

Que se les permitía nacer y ver la luz del mundo a las almas encarnadas en un cuerpo mortal, otorgándoles la oportunidad de experimentar, de aprender en este mundo terrenal para evolucionar espiritualmente...del mismo modo que a ellos se lo permitieron sus padres.

Y que estos niños por nacer, gestados en el amor, se les bautizaban en la pila bautismal, con el bendito nombre de la Sabiduría, en honor a esa honorable Dama que guiaba sus pasos por las sendas terrenales.


© Coral Ruiz 2015

NO DEJÉIS DE SOÑAR


NO DEJÉIS DE SOÑAR
  
A aquellos que ilusa me llamaron
Por ser como una niña y soñar despierta
Les aconsejo que se alimenten de sueños...
Porque cuando se evaporan los sueños
Por las hendiduras de las desilusiones...

Y se deja de soñar...
Ya sea dormida o despierta
La dama de la muerte con su negro hálito
No tardará en llamar a su puerta.



© Coral Ruiz 2015

EL ALBOR DEL TRIUNFO


EL ALBOR DEL TRIUNFO

Dispersos 
los laberintos de una mirada,
el amanecer de un corazón herido,
fue fulminante, 
resplandeciendo su mirada
en el albor del triunfo.

Las alondras alegres cantaban
subidas en las ramas de un árbol
en las avenidas de su alma.

Los jilgueros volaron en bandada
por los cielos sin nubes
en formación triunfal de la luz celestial,
dando gracias a Dios
por su infinita bondad.


 © Coral Ruiz 2015

REMOLINOS DE SILENCIO




REMOLINOS DE SILENCIO


Se acercan 
los remolinos del silencio 
en estaciones de cambios, 
la tarde es tormentosa 
augurando viento y lluvia, 
truenos y relámpagos.


El parque se divisa solitario, 
sin un alma alrededor...
los caminos 
presagian destemplanza 
a esas horas del amanecer.

Aguacero dormido de sentimientos,
pretendiendo destejer sueños del ayer,
en este ahora bienhechor 
que abre las alas de la esperanza 
en pos de un mundo mejor.

© Coral Ruiz 2015

AQUEL ATARDECER



AQUEL ATARDECER

Y me evaporé 
de las nubes de tus sueños,
aquel atardecer que tuve constancia
de no ser amada...
de no ser querida ni deseada.

Herida y decepcionada, 
acosada de silencios, 
me desvanecí de tus sembrados...
de tus campos y de esos labios 
que esculpían mentiras a cientos.

Y con los silencios lanzados 
al viento del olvido, 
destejí mis labios de los tuyos 
con un suspiro de despedida. 

Descosiendo tu alma de la mía 

en las estaciones de la vida 
y sus advenimientos.

© Coral Ruiz 2015