AQUEL ATARDECER
Y me evaporé
de las nubes de tus sueños,
aquel atardecer
que tuve constancia
de no ser amada...
Herida y decepcionada,
acosada de silencios,
me desvanecí de tus sembrados...
de tus campos ausentes
y de esos labios
que esculpían mentiras.
Y con los silencios
lanzados al viento,
lanzados al viento,
destejí mis labios de los tuyos
con un suspiro de despedida.
El adiós a sotavento
hizo navegar el velero
de nuestro tiempo juntos
en un mar baldío
que ya no es nuestro.
©Coral Ruiz 2015
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