UN AMOR INMENSO
Contemplaba
las flores en el jardín celeste,
sintiendo profundamente, un amor inmenso
por
esas pequeñas criaturas
que nos alegran la vista y el corazón,
con su sola presencia.
Y distraída con sus pensamientos
se dejaba llevar entre los brazos
del poder sobrenatural de Dios.
Que velaba
por ella,
desde el nacimiento del sol
con los amaneceres terrenales,
hasta que
volvía a nacer al día siguiente
a la misma hora.
Siendo bendecida desde las
alturas,
por su gran corazón
y su entrega altruista al prójimo.
Coral Ruiz 2014
Derechos
Reservados
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