LAS MARISMAS DE LA SERENIDAD
Es calma, la vestimenta de esta madrugada, buscando sensaciones nuevas me hallaba, escalando remolinos internos y, encontré aquel destello de color azul que encandiló a mi alma al instante.
No es que buscara algo concreto, tampoco es, que no buscara nada. Lo cierto es, que vagabundeando por los pasillos del mundo interior, mi corazón estiraba de los pies de mi mente, y sumisa, me dejé llevar a aquella estación planetaria.
No recuerdo si era de día, de noche o tal vez, un atardecer de pensamientos volando en los cielos de mi recuerdo. No, no recuerdo, ni siquiera sé la hora exacta de aquel momento.
Aquella que intento descifrar en este papiro sentimental, en versos.
Tan solo sé, que nadaba perdida en los mares de las
tensiones, perdiendo el equilibrio que años atrás me vestía a diario. Y en esta hondonada algo rala, donde no es lisa su estampa, ni tampoco de rizos solemnes, mitad de la una y de la otra.
Estirando de la mano de mis pensamientos, reconozco, que estoy necesitada de encontrar un razonamiento convincente
que me ayude a regresar a las marismas de la serenidad.
Coral Ruiz
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