CENEFAS DE SOL
Hoy resplandece un precioso, iluminando mis estados de ánimo, sonrojando mis mejillas al tacto de sus febriles dedos. Ardientes cenefas de sol, que son gratificantes y venturosas para mis vestidos terrenales.
Han caído algunas hojas de los árboles, en uno de estos días pasados...de truenos y relámpagos...de viento y lluvia, calando los vestidos, la piel y el corazón, empapando los tejados de la mente, e inundando los llanos y las aceras, con el torrente de sus lloros invernales.
Hoy resplandece un precioso, iluminando mis estados de ánimo, sonrojando mis mejillas al tacto de sus febriles dedos. Ardientes cenefas de sol, que son gratificantes y venturosas para mis vestidos terrenales.
Han caído algunas hojas de los árboles, en uno de estos días pasados...de truenos y relámpagos...de viento y lluvia, calando los vestidos, la piel y el corazón, empapando los tejados de la mente, e inundando los llanos y las aceras, con el torrente de sus lloros invernales.
Suave brisa, en un otoño resplandeciente, que no es
como el año anterior, que fue
ventoso, gris y desolador, traspasando
el helado frío mis huesos e, incluso mi corazón y mis sesos.
Y es que los
años son como los días, que jamás
son iguales. Cada día es
un nuevo comienzo, el despertar
de otro amanecer en la vida
de este planeta.
Una lucha continua por la supervivencia...aprobando a
cada instante, asignaturas en la
escuela de la experiencia terrenal para la evolución espiritual.
©Coral Ruiz 2015
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