domingo, 17 de enero de 2016

LOCA DE AMOR


LOCA DE AMOR

Susurro callado de un sentimiento enhebrando anhelos...nostalgias a destiempo y añoranzas, en las estancias de su alma romántica. Tejiendo marañas de descontento por como fue tratada en el amor. Y es que ella lo amó en plenitudes de candor, estando enamorada entregada en cuerpo y alma a un seductor...infiel picaflor.

Lo amó siendo consciente de que él le era infiel. Lo amó, hasta sucumbir ante la ignorancia con que día a día la vistió, mientras duró la relación...y no...no podía prescindir de él a pesar de su diaria lucha interior.

Loca de amor se derrumbaba ante la desesperación...a paso rápido se ausentaba por callejuelas empedradas en un intento de huir...de escapar de aquella situación, que la hacía sentirse nada...nada...la más pequeña de las criaturas de la humanidad. Y una vez pasada la lucha contra sí misma, de nuevo lo buscaba.

-Loca tonta...se decía para sus adentros -ese hombre no te ama, si te amará, no sostendría a otra en sus brazos en este instante...no saciaría la sed de sus ansias en otro cuerpo de mujer. Pero no podía evitarlo...él se había convertido en una loca obsesión.

Ella luchaba, peleaba contra su propio corazón, recriminaba a su mente sucumbir ante aquel cazador de féminas, coleccionista de mujeres...retrogrado, loco y egoísta que solo pensaba en él, en saciar su sed de placer.

Hasta que ocurrió el milagro...inesperado y salvador...Él se fue por senderos diferentes, con malas compañías que pusieron en peligro la vida de ella. 

-Oh Dios!!! Clamaba ella con lágrimas en los ojos...
 - Gracias por hacerme despertar de esa letanía dolorosa, donde perdí hasta la dignidad...Gracias Padre mío, por darme valor para romper esta cadena que me ata a un hombre cruel!!!

Sí...ocurrió el ansiado milagro...ese fue el desencadenante para que la razón de su mente reaccionara...y esta puso fin a aquella situación que la convidaba cada día a cometer locuras por amor,
por un hombre que no la amaba.

Y en el almohadón del amanecer, sentada en posición de serenidad, tranquilamente hilaba olvidos, tejiendo con la aguja del recuerdo, continentes de distancia entre los dos, de un pasaje con presagios amargos, de oscuras lagunas y lluvias del corazón.

Y ataviada con sus bártulos de viaje en la reflexión...serenamente sonríe, congratulándose consigo misma por la valentía de su decisión...por su liberación.

© Coral Ruiz 2016

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